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El Tribunal Permanente de los Pueblos condena al Estado por “Violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía”

El Tribunal Permanente de los Pueblos, instancia ética internacional fundada por Bertrand Russell y Jean Paul Sartre que desde hace casi 50 años reúne a jurados internacionales para sentenciar sobre la violación de los derechos de los pueblos, instaló en Octubre 2011 un Capítulo México en que el acusado principal es el Estado mexicano y la acusación general es titulada “Libre comercio, guerra sucia, impunidad y derechos de los pueblos”. En estos finales de noviembre, este mismo tribunal de conciencia sesionó en la Ciudad de México la primera audiencia sobre la “Violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía” y su sentencia fue unánime: culpable.

Entre las conclusiones del jurado, cabe destacar la denuncia de la gravedad de los “riesgos ambientales, a la salud y económicos a que se somete al centro de origen global del maíz, así como a las bases del sustento de los pueblos que lo crearon y a la seguridad alimentaria mundial”; entre las recomendaciones, la prohibición de la experimentación, liberación y circulación de maíz transgénico en México y la reinstalación inmediata de la moratoria contra cualquier forma de liberación de maíz transgénico[1].

Lo que permitió la ratificación de esta primera sentencia fue sin dudas la presentación de los 145 casos de desvío de poder del Estado Mexicano que, en las palabras de Fernando Santillán, integrante del Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, “viola de manera flagrante derechos individuales y colectivos reconocidos por la constitución política y por diferentes tratados internacionales, con la aplicación de políticas publicas de libre comercio y leyes privatizadoras, la autorización de siembra piloto, experimental y comercial de maíz transgénico, la contaminación de maíz nativo y el favorecimiento de los intereses a impresas internacionales”[2].

Gustavo Esteva, miembro del jurado internacional, subrayó este papel fundamental de la sociedad civil, escribiendo que “uno de los aspectos más interesantes fue apreciar la transformación de los protagonistas de los casos” y que “de la expresión vaga pero muy sentida de un malestar indefinible (…) se llegó ahora a presentaciones contundentes, rigurosas y eficaces de crímenes bien identificados, de sus consecuencias y de las acciones a seguir”[3].

Las exposiciones fueron de hecho realmente impactantes, especialmente la de Josefina Santiago Santiago que desde el Municipio de San José del Progreso, en el Distrito de Ocotlán, Estado de Oaxaca, trajo ejemplares de milpas deformes, evidencia tangible de la contaminación que David Quist y Ignacio Chapela, de la Universidad de California en Berkeley, están denunciando desde el septiembre de 2001, cuando descubrieron por primera vez la presencia de transgénicos en los campos de Oaxaca y Puebla[4].

Estos resultados, confirmados hace once años por el Instituto Nacional de Ecología y la Comisión Nacional para la Biodiversidad, junto con pruebas realizadas por grupos de trabajo como el ETC-México y la Red en Defensa del Maíz, son los que permiten ahora afirmar que no obstante la contaminación transgénica sea un hecho probado, “el gobierno mexicano ha incurrido en una serie de actos y omisiones desincentivando los sistemas indígenas y campesinos de producción agrícola, subscribiendo tratados y acuerdos internacionales, decretando leyes y reglamentos para el otorgamiento de permisos para siembra piloto y promoviendo la implementación de programas federales que ponen en peligro la semilla nativa, la soberanía alimentaria, la agricultura tradicional y la integridad de los pueblos”[5].

La referencia a la Cruzada Nacional contra el Hambre lanzada por el presidente Peña Nieto es evidente, una falsa medida de apoyo al pueblo mexicano que en cambio “refuerza la política de abertura a las empresas transnacionales como Nestlé, Pepsico y Walmart (…) y pretende privatizar los territorios indígenas reubicando forzadamente la población rural en nuevos centros urbanos”[6].

Enlazándose a este último punto, la investigadora del grupo ETC-México Verónica Villa evidenció en su ponencia como lo que subyace a la contaminación del maíz nativo sea “una estrategia para erradicar una producción campesina diversificada, porque una vez que se logre imponer el maíz industrial y transgénico, los pueblos que sustentan su gobierno y independencia real con un ciclo agrícola sano y que les permite tomar decisiones comunitarias, serán desnudados de su cultura, de su tejido social y de su autonomía, y se volverán en brazos a ofrecer en las maquiladoras o cultivos industriales”[7].

Los pueblos indígenas y campesinos son los depositarios de una sabiduría milenaria y una cosmovisión distinta del desarrollo económico transnacional. Sin embargo, la lucha en contra de los transgénicos va mucho más allá de una romántica contraposición entre dos maneras distintas de entender el mundo, es una lucha para la sobrevivencia alimentaria y no sólo de los campesinos mexicanos.

Otro punto muy impactante de la ponencia de Villa fue de hecho la posibilidad que frente al cambio climático y a las drásticas y rápidas modificaciones que afectaran los cultivos, la diversidad genética de los centros de origen y diversificación representarán una respuesta a la crisis de la productividad. De esta manera, la contaminación y el daño del maíz y de la forma de vida campesina que lo cría, se configuran como la destrucción de una solución a las consecuencias del cambio climático y, por ende, como un crimen histórico global. En este sentido, la científica señaló la corresponsabilidad por omisión de organismos internacionales como la FAO porque a pesar de reconocer la importancia de los centros de origen de los cultivos y de los derechos humanos de los agricultores, ha considerado que la contaminación con organismos genéticamente modificados en México, realizada con dolo y conciencia, es un problema nacional y no global.

A este propósito, Villa subrayó como esta contaminación no es un accidente sino una estrategia planificada, porque en el país donde se instrumentó la Revolución Verde “se sabe perfectamente que el maíz es un cultivo de polinización abierta y es imposible que no se conozcan los efectos de lo que se está haciendo”. La genética del maíz es un botín enorme y  constituye para quien la controla una fuente de ganancia casi infinita: es un negocio adicional para las empresas que detienen las patentes de las semillas[8], permite de explotar la planta para los usos mas diferentes (desde la producción de comida procesada hasta plástico hasta combustible) y convierte los pueblos que perdieron su soberanía en un ejercito de desempleados dependientes de lo que quieren ofrecerles los poderosos.

La gravedad de estas denuncias fue la motivación que llevó el jurado a formular una condena tan clara y perentoria, que exige del Estado mexicano la prohibición total de los transgénicos y el abandono del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que, aunque no tenga efectos legales, está destinada a tener un fuerte impacto y configurarse como un llamado a la opinión pública nacional e internacional para romper la invisibilidad impuesta sobre México.

El proceso del Tribunal Permanente de los Pueblos Capítulo México continuará durante el 2014, con otras audiencias temáticas y la audiencia final a finales del año. Como dijo Gustavo Esteva, “lo que se realizó esta semana es sólo la punta del iceberg”.


[1] “Tribunal internacional condena al Estado por devastación ambiental, destrucción del maíz y la soberanía alimentaria y represión social en México”, Tribunal Permanente de los Pueblos – Capítulo México, 25 noviembre 2013, disponible en línea en http://www.tppmexico.org/tribunal-internacional-condena-al-estado-por-devastacion-ambiental-destruccion-del-maiz-y-la-soberania-alimentaria-y-represion-social-en-mexico/

[2] “Contaminación de las variedades campesinas con maíz transgénico. Historia y agravios”, Ponencia frente al Tribunal Permanente de los Pueblos de Fernando Santillán A., Comunidad Zapoteca de la Sierra Norte de Oaxaca, 20 noviembre 2013.

[3] Gustavo esteva, Culpables, La Jornada, 25 noviembre 2013, disponible en línea en http://www.jornada.unam.mx/2013/11/25/opinion/021a2pol

[4] Grupo ETC-México, El año de la gran contaminación, disponible en línea en http://www.etcgroup.org/es/content/el-a%C3%B1o-de-la-gran-contaminaci%C3%B3n

[5] “Contaminación de las variedades campesinas con maíz transgénico. Historia y agravios”, cit.

[6] Ibid.

[7] “Contexto corporativo de la contaminación transgénica. Acción y omisión de instancias internacionales”, Ponencia frente al Tribunal Permanente de los Pueblos de Verónica Villa, Grupo ETC-México, 20 noviembre 2013.

[8] Villa presentó las cifras de la ganancia de Monsanto, sólo en Estado Unidos, según las cuentas hasta diciembre de 2012: más de 23 millones de dólares en 142 juicios para infracción de patentes en casos de contaminación transgénica contra 410 agricultores y 56 pequeñas empresas agrícolas, sin contar los arreglos afuera de juicio que se estiman en más 200 millones de dólares

La tercera opción

IMG_3394Oaxaca de Juárez, Oaxaca (México)
22 de abril, 2013

En su , Galeano afirma que “Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida”, dividiendo el mundo entre los que no saben qué comer y los que no saben lo que comen. Sin embargo, después del inicio de la Cruzada contra el hambre, lanzada por el Presidente Peña Nieto en enero de 2013, el periodista Uruguayo debería añadir una tercera opción: los que tenían miedo al hambre y ahora le tienen miedo a la comida.

Casi diario salen noticias acerca de los acuerdos tomados por la Secretaría de Desarrollo Social con algunas empresas transnacionales que desde hace años contribuyen al empeoramiento del régimen alimentario mexicano. Se confirman las palabras de Carlos Fernández-Vega en La Jornada: “la tesis es llénenlos, no aliméntelos”1.

En el reportaje especial del 13 de abril de la revista Proceso2, Patricia Dávila abarca de manera detallada el tema de la incorporación de transnacionales como Nestlé, Pepsico y Coca Cola a este programa inaugural del sexenio.

Dávila retoma las palabras de Patti Rundall, líder de la Coalición Internacional contra el Conflicto de Intereses, quien recordó las fuertes críticas a las versiones brasileñas de la Cruzada contra el hambre, los programas Hambre Cero y Bolsa de Familia.

En este caso, las transnacionales convirtieron a las mujeres habilitadas a ser guías nutricionales de sus programas en promotoras de las empresas, y en lugar de inculcar buenos hábitos alimenticios difundieron una cultura de comida chatarra muy dañina por sus altos contenidos en azúcar, sal, grasas y aditivos.

En el caso mexicano, SEDESOL anuncia que las empresas no están contratadas y no venderán sus productos sino que desarrollarán proyectos comunitarios en contra del hambre. Nestlé, por ejemplo, capacitará a 15 mil mujeres de las comunidades para que hagan sus propios negocios elaborando postres en el marco del proyecto “Mi dulce negocio, Nestlé”.

El parecido con las políticas de la ex Administración brasileña es evidente, pero parece que la experiencia de Brasil, que se hubiera podido aprovechar gracias a la presencia en estos días del ex Presidente Lula, no haya servido de advertencia contra los efectos contraproducentes de la participación transnacional a programas sociales gubernamentales.

Además, la SEDESOL aclaró que las grandes empresas que han firmado el convenio “no van a producir, sino a donar, a formular una galleta nutritiva” basada en avena y a bajo costo que “no tiene nada que ver con productos chatarra”. Una muy buena noticia para los casi 7.5 millones de mexicanos que padecen malnutrición y temían que se le entregara comida chatarra. Ahora en cambio saben que se les entregará una supergalleta energética creada específicamente para ellos en los laboratorios de Quaker. Por supuesto, para la comida chatarra podrán continuar a dirigirse a las tiendas Diconsa, la “empresa de participación estatal mayoritaria que pertenece al Sector Desarrollo Social”3 y que la SEDESOL involucró también en la Cruzada4.

Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, alerta que hasta ahora sólo vemos la punta del iceberg del negocio que hay detrás del programa gubernamental que en sus palabras se vuelve una Cruzada no contra el hambre, sino contra los hambrientos5. Se trata supuestamente de “los indios y campesinos que cometen el pecado de tener cultura propia, de ejercer y defender sus propias formas de organización, de producción, de vida, de lucha”. Las mismas personas amenazadas por la siembra de maíz transgénico y que están luchando por la defensa de su tierra y su identidad.

La amenaza es real y varios organismos nacionales e internacionales ya se han movilizado para denunciar la situación. Los días 26 y 27 de abril de 2013 tendrá lugar en la ciudad de Oaxaca la Pre-audiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos en defensa del maíz nativo con la participación, entre otros, de los premios Nobel Alternativos, Vandana Shiva (India), Pat Mooney (Canadá) y Camila Montecinos (Chile).

La conexión entre la Cruzada contra el hambre y la siembra de millones de hectáreas de maíz transgénico es escalofriante. México, por culpa de la inevitable contaminación de los organismos sanos por los genéticamente modificados, corre el riesgo de volverse en un enorme campo de maíz transgénico y su población se ve una vez más traicionada y vilipendiada por el propio gobierno que regala su historia y orgullo al mejor postor y pretende compensar el saqueo de los recursos con migajas nutritivas.

[1] “México SA” por Carlos Fernández-Vega en La Jornada, 16 de abril de 2013, disponible en línea en http://www.jornada.unam.mx/2013/04/16/opinion/036o1eco

[2] “Transnacionales, con apetito voraz en la Cruzada contra el Hambre” por Patricia Dávila en Proceso, 13 de abril de 2013, disponible en línea en http://www.proceso.com.mx/?p=338972

[3] http://www.diconsa.gob.mx/index.php/conoce-diconsa/ique-es-diconsa.html

[4] “México SA” por Carlos Fernández-Vega en La Jornada, 16 de abril de 2013, disponible en línea en http://www.jornada.unam.mx/2013/04/16/opinion/036o1eco

[5] “Cruzada transgénica contra los hambrientos”, por Silvia Ribeiro en La Jornada, 20 de abril de 2013, disponible en línea http://www.jornada.unam.mx/2013/04/20/opinion/027a1eco

Alerta roja por la aprobación del gobierno a la siembra de 2.5 millones de hectáreas de maíz transgénico

IMG_3462Oaxaca de Juárez, Oaxaca (México)

15 de febrero 2013

Cuando el presidente Peña Nieto, el 21 de enero desde el municipio de Santa Margarita (Chiapas), lanzó su cruzada contra el hambre, difícilmente podía pensar que apenas dos días después otro tipo de hambre pudiera constituir una molestia quizás mayor: el 23 de enero, algunos integrantes de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) iniciaron un ayuno colectivo contra la siembra de maíz transgénico. “Un acto de mortificación voluntaria (…) para denunciar el enorme atropello que significaría la aprobación de la siembra de maíz transgénico en México y demandar que el gobierno federal considere los intereses de los campesinos y productores mexicanos por encima del poder de las empresas trasnacionales”1. Porque la lucha contra los transgénicos no es una simple “cuestión agrícola” y tampoco es sólo una “cuestión mexicana”. En las palabras del jurado del Tribunal Permanente de los Pueblos2, “los ejemplos de ataques al maíz y a la soberanía alimentaría (…) ponen en evidencia un ataque sistemático y estructural a la cultura, identidad y futuro de los pueblos de México”. Pero no se trata únicamente de México, pues para los campesinos y la población rural de América Latina, Asia y África el maíz es ya una de las principales fuentes de subsistencia y países como Lesotho, Zambia y Malawi tienen el porcentaje de consumo de maíz per cápita más alto del mundo3.

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad en México (Conabio) ya había dictaminado que las solicitudes de las corporaciones fueran rechazadas4. En 2009, la misma Conabio publicó un estudio sobre el origen y la diversificación del maíz5 concluyendo que la totalidad del territorio de México es centro de origen del maíz6. Una contradicción frontal con el mapa publicado por el gobierno mexicano7 que establece que las áreas de siembra de transgénicos quedan fuera de los centros de origen y que, según un informe del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), “no es científicamente correcto y fue diseñado para justificar las plantaciones de las transnacionales”8.

A pesar de las solicitudes de la población y de la carta que la Vía Campesina, GRAIN y el Grupo ETC dirigieron a la FAO y al Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) pidiendo que intervengan a favor de la seguridad alimentaria global9, el gobierno de Calderón eliminó la obligación de seguir las recomendaciones de las instituciones encargadas y de consultar el Instituto Nacional de Ecología10. A principios de diciembre, el nuevo Secretario de Medio Ambiente del gobierno de Peña Nieto, Juan José Guerra, declaró que la decisión sobre los transgénicos era “una decisión técnica” y que consultaría con científicos. ¿Cuáles científicos?, nos preguntamos. Obviamente, ninguno de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), ni de los dos mil setecientos expertos que en noviembre firmaron un llamado contra el maíz transgénico11.

El hecho es que la cuestión del maíz transgénico es un asunto importante y delicado, sobre todo porque la mayoría de las tierras destinadas a su cultivo se encuentran en el Norte del país, este Norte que desde hace años nos presentan como un Far West de asesinatos y narcotráfico. Pero tan malo no debe de ser si “seis de diez hectáreas de tierra vendidas en el mercado se encuentran en nueve estados del Norte”12.

En este sentido, el reporte escrito por Héctor Manuel Robles Berlanga acerca de la venta de tierras en México resulta muy interesante porque, aunque concluya que el fenómeno de acaparamiento de tierras no existe en el país, subraya que “si miramos a las ventas de tierras juntas con los contratos de usufructo, de dominio pleno y con la formación de compañías comerciales, se obtiene la cifra de 11.553.000 hectáreas de tierra (…) Una cifra para nada insignificante, pues representa el 6.5 por ciento del área rural y el 36.7 por ciento de la tierra cultivable en el país”13.

Es decir, el acaparamiento de tierras en México no se ve, pero se practica. Y si se suman a los beneficios de la venta de productos transgénicos las regalías para las semillas, las tecnologías y los plaguicidas (que ya patentaron Monsanto, Syngenta y DuPont) y sobre todo el negocio de tierras en los estados confinantes con Estados Unidos, se entiende mucho mejor porque el tamaño de los intereses en juego es el mismo que el de los riesgos: enorme.

La sociedad civil sigue manifestando su rechazo a las políticas gubernamentales, la huelga de hambre se concluyó el 1 de febrero con una mega-marcha organizada por la UNORCA y La Vía  Campesina14 y el jueves 7, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, tuvo lugar un debate público donde Antonio Turrent, presidente de la UCCS, exigió nuevamente al gobierno de Peña Nieto que evitara la siembra de maíz transgénico en el norte del país y revocara los permisos otorgados con fines experimentales de ese cultivo a cielo abierto. Pues la contaminación de las variedades nativas y criollas por el polen transgénico no es un riesgo sino un hecho15.

En el encuentro también se presentaron los estudios más reciente de la Universidad de Caen en Francia16 donde se analizaron los efectos sobre la salud en ratas alimentadas con un maíz transgénico durante dos años: “todos los grupos tratados murieron dos-tres veces más… y con mayor rapidez”. Y a quienes opinan que no está demostrado que las consecuencias serían las mismas sobre los seres humanos se podría responder que, dada la movilización internacional en contra de los transgénicos, parece que los consumidores no quieren averiguarlo.

La amenaza de la siembra de 2.5 millones de hectáreas de maíz transgénico en México sigue siendo real e inminente. Si este proyecto se vuelve realidad, uno de los más esenciales bienes comunes de la humanidad, el maíz, será “privatizado”, los que lo defienden serán eliminados y los que sobreviven gracias a su cultivo serán envenenados. Quedan los que pensaban que sólo era un problema mexicano. Ellos también serán envenenados, pero no recibirán su veneno gratis en el marco de un plan en contra del hambre sino que lo pagarán dos veces más caro, cuando en su rica mesa añadirán a su rica ensalada el delicioso maíz “orgánico” mexicano, versión empresarial contaminada de lo que antes era naturalmente común.

1 “Carta al pueblo y gobierno de México: Manifiesto del Maíz: NO al Maíz transgénico”, Carta de la Unión Nacional de Organisaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), disponible en http://viacampesina.org/es/index.php/temasprincipales- mainmenu-27/biodiversidad-y-recursos-gencos-mainmenu-37/1591-mexico-huelga-de-hambre-contra-el-maiz-trangenico

2 El Tribunal Permanente de los Pueblos – Capítulo México se inauguró públicamente en octubre de 2011 y tiene una serie de audiencias temáticas hasta 2014: guerra sucia, impunidad y falta de acceso a la justicia; feminicidios y violencia de género; migración y desplazamiento forzado; violencia contra las y los trabajadores; violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y la autonomía; devastación ambiental y derechos de los pueblos; desinformación, censura y violencia contra comunicadores.

3 Alfred W. Crosby, revisión de James C. McCann, Maize and Grace: Africa’s Encounter with a New World Crop, 1500-2000 en Technology and Culture, Vol. 47, No. 1, Enero 2006, pp. 190‐191.

4 “La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad en México (Conabio) había dictaminado que las solicitudes de las compañías fueran rechazadas, sobre la base de los riesgos para la biodiversidad en el centro de origen y debido a que consideró que la coexistencia de variedades campesinas con maíz transgénico es imposible”. Fuente: Grupo ETC, Boletín informativo, Jueves 13 de diciembre de 2012 – http://www.etcgroup.org

5 Kato, T.A. et al., “Origen y diversificación del maíz: una revisión analítica,” Universidad Nacional Autónoma de México, omisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México, 2009, disponible en http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/pdf/Origen%20del%20MaizUv.pdf

6 Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, proyecto “Centros de origen y diversificación”, disponible en http://www.biodiversidad.gob.mx/v_ingles/genes/centers_origin/centers_origin.html

7 Sobre la manipulación gubernamental para negar que todo México es centro de origen del maíz, ver el documento de Ceccam “La determinación de los centros de origen y diversidad genética del maíz”, Mexico, 2012, disponible en: http://www.ceccam.org/publicaciones?page=1.

8 Ibid.

9 La Via Campesina, GRAIN, Grupo ETC, “Maíz transgénico en centro de origen. Carta abierta al CBD y a la FAO,” 29 Novembre 2012, disponible en http://viacampesina.org/es/

10 “Hasta antes del término de la administración de Calderón, los permisos para la liberación de cultivos transgénicos eran otorgados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en consulta con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que a su vez tenía la obligación de seguir los dictámenes del Instituto Nacional de Ecología (INE), de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio) y de la Comisión Natural de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). El gobierno de Calderón eliminó la obligación de decidir de acuerdo a las recomendaciones de las tres instituciones (borrando la palabra “vinculante” de la regulación), eliminando además la referencia a consultar al Instituto Nacional de Ecología”. Fuente: Grupo ETC, Boletín informativo, Jueves 13 de diciembre de 2012 – http://www.etcgroup.org Para información más detallada véase: Diario Oficial de la Federación, 26 de noviembre de 2012, “Decreto por el que se expide el Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.” El cambio está en el artículo 27 – XVII. Una comparación con la versión anterior se puede consultar en el boletín de prensa de Greenpeace, nota número 3. Disponible en: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5279128&fecha=26/11/2012

11 Véase también UCCS, European Network of Scientists for Social and Environmental Responsibility (ENSSER), International Network of Engineers and Scientists for Global Responsibility (INES), Third World Network y Grain, “GM Maize in Mexico: An irreversible path away from agricultural biodiversity, farmer livelihoods and the right to food within the center of origin of maize,” noviembre de 2012, disponible en: http://www.ensser.org/developing-responsible-approaches-to-risk-assessment/gm-maize-inmexico/.

12 Robles Berlanga, Héctor Manuel, “(Trans)national agribusiness capital and land market dynamics in Mexico”, Canadian Journal of Development Studies/Revue canadienne d’études du développement, Vol. 33, No. 4, 529–551, December 2012

13 “In analysing information from each of these areas individually, it would appear that the circulation of land is a marginal phenomenon. However, if we look at land sales together with contracts involving usufruct, dominio pleno (freehold) and the formation of commercial companies, we come up with 11,553,000 hectares of land. This is far from insignificant, as it represents 6.5 per cent of the rural land area and 36.7 per cent of the cultivated land in the country”, in Robles Berlanga, Héctor Manuel, “(Trans)national agribusiness capital and land market dynamics in Mexico”, Canadian Journal of Development Studies/Revue canadienne d’études du développement, Vol. 33, No. 4, 529–551, December 2012. Traducción del inglés por el autor.

14 La Vía Campesina “México, mega marcha contra el maíz transgénico”, http://www.viacampesina.org/es/index.php/temasprincipales- mainmenu-27/biodiversidad-y-recursos-gencos-mainmenu-37/1613-mexico-mega-marcha-contra-el-maiz-transgenico

15 “Extrañamiento dirigido al Presidente de la República Mexicana”, México, D. F., 29 de septiembre, 2009. Disponible en http://www.unionccs.net/doc/g/sciencetrmaize_es

16 Eric Séralini et al., “Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified maize. Food and Chemical Toxicology”, 2012. Disponible en http://dx.doi.org/10.1016/j.fct.2012.08.005